Senador Economista Sergio Botana – Partido Nacional

Legislador reelecto período 2020 – 2025 | Sergio Botana – Ex Intendente de Cerro Largo

65 o cero.

Botana: La reforma de la seguridad social es una buena reforma.

Una reforma para que haya para los pasivos, que compense pobrezas y desigualdades del pasado, y permita sembrar desarrollo en el futuro.

La alternativa está mal planteada. Es la reforma o la nada. Si no se hace esto no habrá nada. Algunos comparan entre lo actual y la reforma. La reforma resiste la comparación, pero esa es una comparación teórica. Lo cierto es que se está comparando entre una alternativa viable y una que ya no es posible. Que se cae por su propio costo. Insostenible. Demasiado pocos y demasiado poco ahorro, para bancar a tantos durante tanto tiempo. Imposible. La reforma no tiene pérdidas. Es ganancia pura. Si no hay reforma no habrá jubilados. O es a los 65 años o no será.

Hecha con tiempo. Para no cambiarle reglas de juego a los que tienen causal configurada. Para no variar situaciones por más de 10 años. A nadie. Por el contrario, con ventajas ahora. Desde el día siguiente a la reforma, el jubilado que quiera trabajar, lo podrá hacer. No se tendrá que esconder. Lo que aporte será computado y reforzará su jubilación. No será plata tirada. Tampoco el riesgo de perderlo todo. Los de las cajas paraestatales saben que cobrarán. Si sus cajas quiebran en menos de un período de gobierno, cobrarán igual. No es poco. Sus viudas, lo mismo. Finalmente, el premio del reconocimiento internacional a un país previsor. Un país que hace sus reformas con la debida anticipación exhibe seriedad y previsibilidad. Baja riesgos. Eso vale. Se traduce en mejor calificación, y la mejor calificación en tasas de intereses de deuda menores.

No hay que trabajar más. La reforma pide los mismos años de aportes que la Ley vigente. Se exigen los mismos 30 años. La experiencia indica que no es muy viable pedir más que eso. Para los considerados trabajos penosos, exige 25 años. La causal se configura con 60 años de edad. Esos son los trabajos de alta exigencia, de los cuales el texto pone un par de ejemplos. Habla de los trabajos sacrificados o de riesgo en el agro o la construcción. Por supuesto simples ejemplos. La lista es abierta a trabajos de similar característica. Trabajos doméstico sacrificado, en plantas frigoríficas, recolección y disposición final de residuos, metalurgia, trabajo en CTIs, que vaya si en pandemia pudimos valorar. Lista abierta y con un mecanismo para su incorporación permanente fijado por la propia Ley. La Ley también establece posibilidades de jubilación con menos años de trabajo formalizado. Para dar por tierra con la afirmación de que hay que trabajar más, basta decir que las exigencias de años aportados para configurar causal son idénticas a las de la ley vigente. No cambió el artículo. No tuvo modificaciones.

Se va a cobrar más cinco años después. La edad mínima jubilatoria pasa de 60 años a 65 años. Hoy la gente se jubila en promedio a los 63 años. Tendrá que esperar un poco. Se jubilará seguro y mejor. La tasa de reemplazo, es decir el porcentaje del sueldo que se cobra, es exactamente la misma cinco años después. Lo que era a los 60 es igual a lo que será a los 65. No baja. Es más. De allí en adelante se acelera. Si alguien elige seguir en actividad, su sacrificio será altamente compensado. Justo es decirlo, el Salario Básico Jubilatorio baja 4,4% porque el promedio se hace sobre un mayor número de años. Incide en el entorno del 2% sobre la Jubilación. Se compensa con el suplemento solidario. Un compensador significativo para los salarios menores. Se suma a las jubilaciones de hasta los 46 mil pesos de hoy. Se mueve de modo inverso al monto de la jubilación. Ayuda más a los más chicos. Menos a medida que nos acercamos a los 46 mil. Las jubilaciones menores serán entre un 20% y un 43% mayores que las actuales. Las medias serán entre un 5% y un 12% mayores, y las grandes serán un 20% mayores. En las menores incide el suplemento solidario. En las grandes, el mayor ahorro y al crecer la edad, los menores años entre los que se divide el monto ahorrado en la AFAP. Se cobra más cinco años después.

Saquemos la notarial. Capítulo aparte. Tiene fecha de vencimiento dentro de 20 años, pero hay que valorar la buena administración. También su administración sana y honoraria. Más aún, que ya hizo las reformas que hoy estamos encarando. Merece y tendrá tratamiento diferencial. Habrá acuerdo y saldrá bien. Las demás cajas no estatales tienen situación grave. En un lustro no sirven una sola jubilación. No pagan una jubilación ni una pensión. Se agotan. La reforma les asegura que los trabajadores amparados por sus sistemas se podrán jubilar. Que las pensionistas o los pensionistas serán amparados. Por supuesto que sin privilegios. Igual que todos los demás trabajadores del Uruguay. Pero con garantía de amparo. Aquí sí que no vale comparar entre lo anterior y lo proyectado. Lo anterior no sobrevive cinco años. Seguramente la mitad de eso. La reforma ofrece permanencia. Hay que reformular y adaptarse. Si es con tiempo, antes de que todo desaparezca, la Caja de Profesionales seguramente pueda aprovechar el patrimonio remanente y algunos ingresos vía timbres que son aportes. La Caja Bancaria tiene aportes patronales extra, 25,5% y tiene impuestos que pagan los ciudadanos cada vez que operan en un banco. Seguramente salga bien aprovechando el pilar de Ahorro Voluntario y Complementario que prevé la reforma. Sin cálculo alguno, pienso que puede ser un factor importante. Que ayudará a acercarse al pasado que ya no se puede sostener. De cualquier modo, igual a los demás siempre es mucho mejor que nada.

Hemos escuchado que la reforma no trabaja sobre los ingresos. No tan cierto. Prevé un aporte del Estado para cubrir la transición de las cajas paraestatales por 30 años y 10 años más. No es menor. En 2063 será de 269 millones de dólares. Se cuestiona que no se exige al agro el monto de 35 millones de dólares que teóricamente podría pagar en más en sus buenas épocas. Esos 35 millones no resuelven los 3.000 de déficit. Tampoco lo resuelven los 35 del IVA de las tarjetas. Esos no van al sistema. Van a las cuentas individuales. A la cuenta de cada uno de nosotros. Engrosan nuestro Pilar de Ahorro Individual. Temas políticos. El primero por la permanente aversión de la izquierda al agro. No se dan cuenta que la conyugue colaboradora no es un beneficio a oligarcas. Es a mujeres trabajadoras rurales que no tienen otro empleo que ayudar en tareas de los pequeños establecimientos donde viven, sencillamente porque allí no hay otras oportunidades laborales. Se llama, políticas de radicación de la gente en la tierra. No entienden ni entenderán. De lo que sí entienden es de bancos. Querían los dos puntos de IVA como descuento al que compraba con tarjeta para favorecer la famosa “bancarización”. Les molesta que el Gobierno haya eliminado el aliento, y ahora lo haya reinstalado como beneficio a las personas. Cada uno con su filosofía. Unos defendiendo a los pobres de la campaña que son tan pobres como los pobres urbanos, otros defendiendo la “bancarización”, que no es diferente a defender a los bancos.

Reiterada ha sido la crítica acerca de la diferencia de aportes de patrones y trabajadores. Se critica que la reforma no modifique nada de eso. Dos cosas: lo primero es que esa es una clasificación formal. En términos económicos el aporte es todo obrero. Siempre es obrero. En la ecuación de la empresa es el costo de la mano de obra. En la del obrero, es su ingreso, que una parte lo lleva en plata y otra va a los aportes. Para la empresa subir el aporte es subir el costo de la mano de obra, esto implicará en el mediano y largo plazo sustitución de ese factor. O sea, lo paga el obrero con su desempleo. Si se sube de un lado o del otro se perjudica a uno sólo que es al obrero. A no ser que el planteo sea bajar de un lado y subir de otro. En ese caso hay que ver de no perjudicar las cuentas del trabajador, ni el salario por el que aporta al BPS, ni lo que vierte a la AFAP. Lo segundo, el que bajó el aporte patronal fue el propio Frente Amplio. Año 2007. La estructura de financiamiento del sistema en esta reforma es el de la reforma tributaria de Astori, que por algo así lo hizo. En 1995 el aporte patronal de la industria y el doméstico era 14,5% y el personal 13%. En 1996, el patronal pasó a 12,5% y el personal a 15 %. El Frente Amplio en 2007 fijó el patronal en 7,5% y el personal en 15%.

Se dice que es esta una reforma de pasividades solamente. No es así. Esta reforma implica mejoras en atención a la infancia y a la educación. Establece cambios favorables para mujeres y discapacidades. El seguro de desempleo ha tenido su propia reforma anticipada por la pandemia. Esta reforma libera recursos para atender a la infancia y la educación. Si no hay reforma no habrá ni plan CAIF, ni asignaciones reforzadas, ni plan para la primera infancia con los 50 millones de dólares anuales adicionales, que en paralelo a esta Reforma se han comenzado a otorgar a la primera infancia más carenciada. Para que no haya niños postergados en su alimentación, ni en su educación temprana. Esos recursos son necesarios para generar una vida de oportunidades. Una sociedad con mayor nivel educativo es más próspera y más equitativa. De poco sirve dar pensiones si no se dieron oportunidades. Es de hipócritas. Eduquemos, alimentemos, cuidemos a nuestros niños en todas las etapas de su formación y no dependerán de las dádivas de ningún Estado. No inventemos socialismos repartidores de pobrezas. Hagamos lo que tenemos que hacer. Una reforma para que haya para los pasivos, que compense las pobrezas y las desigualdades del pasado, y simultáneamente permita contar con los recursos para sembrar desarrollo e igualdades en el futuro.

El sistema de cuidados es asunto aparte. Vergüenza nacional. Cubre apenas un 5% de las necesidades de cuidados de las personas mayores. A una persona con discapacidades le dan un cuidador malo, que no conoce y debe meter en su casa, que viene una hora y media tres veces por semana, y que encima le cobra despido. Sistema indefendible. Este proyecto no resuelve. Libera recursos para empezar a hacer las cosas bien. Incluye un adicional -agregado por jóvenes- por el cual quien hubiere cuidado de una persona con discapacidades severas por un período de siete años, tiene derecho a una pensión a los 65 años. Se votó por unanimidad.

Las mujeres salen mejor con la reforma. Las madres por su compensación por hijos hasta cinco. Los hijos con discapacidades severas generan una compensación triple y sin límite alguno. Los beneficios de esta compensación pueden ir a la madre o al padre, si hay acuerdo de partes. Si las madres no llegan a configurar causal, igual tendrán un adicional en acuerdo a lo aportado. El Estado no se quedará con su plata como sucede hoy. A la hora del cálculo del Salario Básico Jubilatorio la mujer podrá rebajar hasta dos años por hijo, a los efectos de mejorar su promedio.

Con la reforma, las domésticas verán facilitadas sus posibilidades de recuperar sus años de servicio.

Al que se discapacita trabajando se lo jubila al momento en que sobreviene la incapacidad acumulando, a lo ya aportado, la diferencia de años hasta completar la edad de jubilación. No será más un porcentaje sobre el salario. Será jubilación con suplemento solidario y sin que el Estado se quede con el beneficio conquistado por sus aportes. Tendrá adicionales del 20% por sus hijos a cargo y otro 20% si la discapacidad es severa. En cualquier caso, lleva más.

Si el pensionista por discapacidad acumula diferentes fondos, no tendrá que elegir. Cobrará de todas las fuentes. Con un pequeño descuento. No entendemos el voto negativo de la oposición en este caso.

Moderniza. No le exige al joven que sea soltero para acceder a una pensión. Ayuda al que estudia. Elimina discriminaciones entre hombres y mujeres.

La reforma es una buena reforma. Gana el país. Gana el trabajador. Gana el que necesita. El jubilado saldrá mejor unos años después, pero para siempre. Un siempre que casi siempre será más largo. Enfrente la nada. Críticas con mal sustento o sin sustento. Cálculos mal hechos. Muestras mal tomadas. Supuestos tendenciosos. Algo peor. Todos afirman la necesidad de la reforma. Quieren otra reforma. Sólo que la reforma no aparece. Hace 20 años que están en los lugares de decisión sobre estos asuntos. Con etapas de equipos solventes. No tienen nada. O si lo tienen lo esconden. No hay un informe. No hay un artículo. No hay una propuesta alternativa. Nada. Nada. Nada.

Nota publicada en la columna de Sergio Botana en Montevideo Portal.

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